CAMELA
 

 

 

ENTREVISTA A CAMELA
 

    "Hay medios que no nos quieren por lolailos"

 

El trío madrileño triunfa con su nuevo álbum, 'Laberinto de amor', que ya es Disco de Oro

Ángeles Muñoz, Dioni Martín y Miguel Ángel Cabrera empezaron haciendo música para divertirse. Y ahora se divierten igual, pero con más de 6 millones de discos vendidos a sus espaldas. Camela ha sido siempre fiel a su estilo musical, lo que popularmente se catalogó como technorumba, y a unas letras que hablan de historias de amor y de desamor. Esta fidelidad musical ha sido ampliamente recompensada por el cariño de un público fiel, quizá uno de los más fieles de un grupo español, y que siempre ha estado al lado del grupo en sus nuevas aventuras. La última, Laberinto de amor, ya es Disco de Oro con tan sólo dos meses de vida.

¿Cuál es su secreto? Quiero saberlo…

Ángeles: No hay ningún secreto. (Sonríe)

Miguel Angel: Hacer canciones bonitas, cantarlas bien y ser sencillos con la gente.

A: Si tuviéramos la fórmula, ¡se la diríamos a todo el mundo!

Me cuesta asimilarlo, les soy sincero. Su último disco no ha tenido prácticamente ninguna promoción y en la primera semana ya estaba en el tercer lugar de los discos más vendidos en España. ¿Es que tienen uno de los públicos más fieles del país?

A: Hombre, la verdad es que tranquiliza muchísimo saber que siempre hay gente ahí esperando a ver qué hacemos. Después de quince años sacamos un disco y ya estamos en el número tres, para nosotros esto es muy gratificante y nos da mucha alegría. Pienso que siempre hemos tenido un público que ha sido muy fiel, nos entregamos mucho a ellos, somos muy cercanos, y todo eso cuenta.

Ustedes insisten en que no hacen canciones de amor sino historias de amor. ¿Qué diferencia hay entre ambas concepciones?

A: Yo también compongo. No es lo mismo sentarte a escribir sobre una historia real, algo que te han contado o que has visto con tus propios ojos, que hacerlo sobre algo inventado. No es que todo sean historias reales, pero la mayoría de los temas de Camela están inspirados en cosas que pasan.

-La identificación de la historia sonora con la historia de vida…

-A: Sí, te dicen, es que esto me ha pasado a mi, o gente que te viene y te dice que se ha enamorado con nuestra música, es muy bonito.

Su música. ¡No ha cambiado nada en quince años! No tendrán ningún secreto pero la fórmula de la technorumba de amor es como la de la Coca Cola…

M: (Ríe). Bueno, siempre le hemos cantado al amor y al desamor, nunca a la verdad. Creo que lo que tu quieres decirnos, aunque no te atreves, es que a lo mejor somos muy monótonos.

No soy nadie para decirles que son monótonos. Lo único que les comento es que no han abandonado nunca su fórmula musical, a pesar de los discos que llevan editados…

M: No, si tienes razón. Pero escúchame, si hacemos eso es porque también tenemos esa demanda. Cantamos al amor y al desamor porque la gente nos pide esas canciones. En nuestro nuevo disco tenemos un tema dedicado a las madres, La más bonita, luego está Ellos, dedicada a los inmigrantes, pero siempre relacionado con el amor. Camela ha nacido cantando al amor y al desamor y morirá así.

¿No tiene miedo a que se les acaben las historias de amor?

A: No, claro que no. Las cosas cambian y hay muchas visiones desde donde contar las historias. Cuando yo tenía quince años veía las cosas de una forma, siendo adulta las veo de otra. Rubén, que es el hijo de Dioni y que también compone, tiene su punto de vista particular, él es más joven. Cuando nuestros padres eran pequeños darse la mano por la calle era como un pecado original. Los matrimonios antes se llevaban mal pero aguantaban hasta la muerte, ahora no duran nada. Todo cambia.

En Laberinto de amor hay algún guiño diferencial, se lo tengo que reconocer. Combinan los temas Camela de siempre con algún tema que se sale de su marca diferencial. ¡Se atreven incluso con un tema rockero!

M: Es lo que te decía antes, sigue estando Camela pero en cada disco intentamos dar unas pinceladas de otros estilos. Parece lo mismo de siempre, pero no lo es.

Se conocen desde el instituto, también tendrán sus particulares historias, no digo de amor, pero sí personales…

M: Sí, ¡por desgracia! Dioni y yo nos conocimos allí. Aunque no íbamos nunca a clase (Ríen).

Dicen que los triángulos o que las relaciones a tres bandas siempre son peligrosas. ¿Cómo lo llevan ustedes?

M: Se lleva. Piensa que son quince años ya, tenemos nuestros altos y bajos. Pero ahí estamos todavía y eso es lo más importante.

Dioni: La monotonía ya sabes, a veces juega malas pasadas (sonríe).

¿Son de los que disfrutan mirando hacia atrás y viendo como ha evolucionado un grupo que en un principio grababa y repartía sus propias maquetas?

M: Eran otros tiempos, antes se vendían discos como rosquillas, antes hacíamos 137 conciertos y ahora se hacen 40.

A: Lo de las maquetas no era para ganarnos la vida, en serio, para nosotros era un hobbie más. Se las dábamos a nuestros amigos, luego a los amigos de los amigos, hasta que uno de ellos se ofreció para distribuirlas. Así fue como nos conoció nuestro primer productor.

Y mucha gente. No se lo tomen a mal pero, ¿es aquí donde empieza el fenómeno gasolineras?

M: No nos lo tomamos mal, pero te lo voy a explicar bien porque hay cosas que nos molestan un poco.

Adelante, aclarémoslo de una vez…

M: Cuando nosotros sacamos la maqueta de Lágrimas de amor, se vendía en todo los sitios, no sólo en las gasolineras.

A: ¿Que éramos los que más vendíamos ahí? Quizá sí, pero ahí también estaban Julio Iglesias o Alejandro Sanz. Pero no eso no quiere decir que vendiéramos nuestra música sólo en gasolineras. Lo que pasa es que nos colgaron ese San Benito y ya cuando nos preguntan, pues sí, decimos que empezamos en las gasolineras y que cada uno piense lo que quiera.

D: Y yo te digo, vendemos en mercadillos, gasolineras y ahora en quioscos. ¿Y qué? Cualquier punto de venta que esté al alcance del consumidor o de nuestro público a mi me parece estupendo.

M: Lo que pasa es que hay mucha gente que se refiere a ello como algo peyorativo pero te aseguro que después de quince años como que ya nos da igual.

¿Cuándo se dieron cuenta de que pasarían de los mercadillos a hacer giras interminables por toda España?

A:El primer disco lo tomamos como un boom, como algo que se acabaría pronto. Con Sueños inalcanzables ya empezamos a ver que la cosa iba muy en serio, con más de 500.000 discos vendidos y partir del tercero la cosa fue realmente increíble.

Si venden tanto y llegan a tanta gente, ¿por qué no suenan tanto en los medios?

M: Porque no nos quieren, más claro el agua.

No generalicen, supongo que no estarán denunciando una conspiración mediática contra Camela…

M:No, pero hay medios donde no nos quieren por lolailos, es así. Y son cadenas de radio grandes en España. Pero volvemos a lo mismo de antes, que nos da igual. Lo importante es que vendemos y que tenemos un público que nos quiere y que en los conciertos canta todas nuestras canciones. A mi no me des premios, ni radios, pero que los discos se vendan bien.



Albert Domènech | Barcelona | 18/07/2008 | La vangurdia

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