CARMEN LINARES

 

ENTREVISTA A CARMEN LINARES
 

'El público siempre se merece que le sorprendan gratamente'

 

Carmen Linares ha conseguido lo que muy pocos en el flamenco. La admiran todos, colegas, aficionados e incluso el público que no tiene ni idea de lo que es una soleá. Además, lleva más de 30 años disfrutando con lo que hace. La cantaora, que recibió el Premio Nacional de Música el pasado año, acaba de grabar 'Un ramito de locura'.
Carmen Linares es una artista de sutilezas. Detrás de cada cante vive una historia que su voz y su mirada saben transmitir de forma sencilla, sin aspavientos, ni carambolas. La cantaora jiennense, con el Premio Nacional de Música 2001 debajo del brazo, acaba de grabar Un ramito de locura junto al guitarrista Gerardo Núñez. El disco incluye 11 cantes y es el número 14 de su discografía. Carmen Linares ha roto un silencio discográfico de seis años y lo ha hecho con poesías de José Ángel Valente, Jorge Luis Borges y José Luis Ortiz Nuevo. Su locura la condujo el pasado 5 de abril directamente al escenario del Teatro Real de Madrid y la ha convertido en la primera cantaora que pisa este espacio consagrado a la lírica.

Pregunta. Usted lleva poco más de tres décadas en los escenarios logrando un éxito tras otro, ¿qué le impulsa a seguir innovando?

Respuesta. El público siempre se merece que le sorprendan gratamente. Además yo quiero pasarlo bien trabajando, cantar a gusto y para eso hay que estar continuamente estudiando, buscando cosas nuevas y compañeros con los que compartirlas.

P. Publicó la antología La mujer en el cante en 1996, ¿por qué ha esperado tanto tiempo para volver a grabar?

R. Precisamente por mi afán de aportar cosas nuevas. Me resultaba difícil hacer algo después de la antología porque contar la historia del cante flamenco de mujer fue un trabajo duro y complicado. Necesita algo muy especial para grabar otra vez. Además, hace dos años participé en un proyecto de Manolo Sanlúcar, Locura de brisa y trino, cantado a Federico García Lorca y también le he dado el tiempo que necesitaba. Colaborar con Manolo Sanlúcar me ha aportado muchas cosas nuevas.

P. Se ha labrado toda una reputación de osada.

R. Puede ser. Hay artistas, sobre todo en el flamenco, que se dejan llevar. Siempre hacen lo mismo porque es lo más cómodo y lo que te da menos problemas pero, afortunadamente, hay otros muchos que van hacia adelante.

P. Precisamente Milonga del forastero, un poema que usted cantó en un espectáculo homenaje a Borges, se incluye en su nuevo trabajo.

R. Hay algunas cosas que había hecho antes pero me apetecía grabarlas. Además la canté con Gerardo Núñez a la guitarra. Fue la primera vez que colaboramos. Igual que Quiero tu nombre olvidar, como homenaje a Vainica Doble, y el poema In pace que José Ángel Valente le dedicó a su hijo fallecido.

P. La luz, el júbilo y la melancolía, el espectáculo que dirigió Ortiz Nuevo en 1998 fue su última aparición en la Bienal de Flamenco, ¿estará en esta edición?

R. Si, será en septiembre en el teatro de la Maestranza y precisamente con un recital que incluirá los cantes de este disco. Después de presentar Un ramito de locura en Sevilla iniciaré una gira por Estados Unidos y Francia.

P. Usted es una persona muy fiel a sus afectos y su trabajo es un reflejo de esa condición con cantes como la soleá Pocito de nieve

R. Era un cante de El Mimi, un madrileño del siglo XIX seguidor de Silverio, pero yo lo aprendí a través de otro cantaor Manolo Heras, que trabajó con Antonio El Bailarín hasta que perdió la voz. Manolo, que acabó vendiendo lotería, iba todos los sábados a una tertulia flamenca donde lo oí por primera vez. Lo curioso es que el productor del disco, José Manuel Gamboa, también lo conocía.

P. Pero entre todas las historias que hay detrás de cada cante, la que sobrecoge es la seguiriya En Lima murió.

R. Las cantaba Tomás el Nitri y es muy triste porque cuenta una historia real sobre el torero del siglo XIX José María Ponce. Él era calafateador en el puerto de Cádiz y se enamoró de Cristina Ortega, hermana de Joselito El Gallo. Ella para darle el sí le puso como condición que se metiera a torero y tuvo cierto éxito pero al pobre lo mató un toro en Lima como dice la seguiriya: 'cómo lloraba llamando a Cristina/murió y no la vió'.

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MARGOT MOLINA - Sevilla - 04/05/2002 EL PAIS. com

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