PEPE LORA

PEPE LORA, cantaor payo, más conocido en el mundo del arte del cante flamenco con su propio nombre artístico de PEPE LORA, nació en Córdoba en el año de 1908 y murió en su misma ciudad natal en 1992. Estaba considerado un auténtico maestro en los estilos más característicamente cordobeses, como las alegrías y las soleares, la saeta vieja y la serrana.

Córdoba y toda su provincia
orgullosa siempre estará,
por  tener grandes cantaores,
como Pepe Lora en su tierra,
para demostrar con su arte,
ser un gran maestro universal.

Los cuales enseñó a los jóvenes valores y difundió, más que en producciones del espectáculo nunca fue lo que entendemos por un profesional en actos culturales, como recitales y conferencias ilustradas.

Cantó hasta que la enfermedad le postró en el lecho pocos meses antes de su muerte. Y hasta entonces hizo gala de una voz melosa y bien timbrada, con plenitud de poderío y facultades. En opinión del crítico Luis Melgar Reina, Pepe lora hacía "un cante primoroso, agradable, artísticamente bello y armónicamente sugestivo". Cantó junto a los más grandes en su larga experiencia vital.

Pepe Lora, cantaor
Nos llega de Córdoba la noticia de la muerte de Pepe Lora, cantaor nacido en aquella ciudad hace 84 años. Estaba considerado un auténtico maestro en los estilos más característicamente cordobeses, como las alegrías y las soleares de aquella tierra, la saeta vieja y la serrana, los cuales enseñó a los jóvenes valores y difundió, más que en producciones del espectáculo -nunca fue lo que entendemos por un profesioal-, en actos culturales, como recitales y conferencias ilustradas. Cantó hasta que la enfermedad le postró en el lecho pocos meses antes de su muerte. Y hasta entonces hizo gala de una voz 11 melosa y bien timbrada, con plenitud de poderío y facultades", en opinión del crítico Luis Melgar Reina, quien añadía en su valoración del cantaor ahora desaparecido: "Hace un cante primoroso, agradable, artísticamente bello y armónicamente sugestivo". Cantó junto a los más grandes de su larga experiencia vital.
A. A. C. 30/06/1992